Primero que nada me gustaría compartirles el por qué comencé en la docencia. Antes de comenzar a estudiar y de terminar mi carrera en Ciencias de la educación comencé a estudiar en el Tecnológico de Coacalco la carrera en Ingeniería en sistemas, por lo que paulatinamente tenia trabajos que correspondían a mi área laborar. En el año de 1994 se me dio la oportunidad de dar clases a nivel primaria y secundaria en el taller de computación por lo que comencé y después de un tiempo visualice mi trabajo y mi vida como un todo en la docencia. Trabaje dos años en esa institución y como ya les comente he pasado por todos los niveles educativos, lo cual cada día de mi vida agradezco, porque es bien cierto el dicho, de que “todos los días se aprende algo nuevo” y constantemente me veo inmersa en la creatividad que se presenta todos los días en las aulas con los alumnos.
Me siento completamente satisfecha de mi profesión y de lo que hago cada día, he aprendido a valorarlo y sobre todo valorar el trabajo de varios de mis compañeros, sobre todo en el preescolar, el cual el trabajo según mi experiencia se triplica. Pero claro esta, que los demás no son menos importantes. Me siento satisfecha por lo que he alcanzado y con más ganas de alcanzar mis metas a largo plazo, las cuales se ven inmersas en el plano educativo.
Uno de los cambios más radicales que tuvo mi experiencia fue cuando entre a impartir docencia en el CONALEP Ticoman, debido a que el modelo académico que la institución maneja es el desarrollo de competencias; y es mas de lo que yo pudiese pedir, por que como anteriormente lo he expresado, me siento con el compromiso de crear en mis alumnos una visión más crítica y analítica a una memorística.
Las satisfacciones a lo largo de mi experiencias han sido muchos, aun mantengo comunicación con algunos de mis alumnos de años pasados, resolviendo no solo dudas de problemas personales o de índole académico, igualmente cuando agradecen tu cátedra y sobre todo cuando veo que mis alumnos o los que pasaron por mis aulas y por las de otros compañeros, formaron alumnos de calidad, que poco a poco se abren camino en el mundo que les estamos dejando.
La visualización que nosotros mismos tenemos como docentes es muy importante para reflexionar sobre lo que hacemos y lo que no en nuestras aulas; pero cuando una vez que habremos superado los primeros problemas de confrontación en el aula y adquirimos esa autonomía frente al grupo, nos (literalmente) aligeramos el trabajo y se nos hace más sencillo.
Se despide afectuosamente Adriana Rojas Ramírez
